¿Y para qué enseñar matemáticas?
Las Matemáticas aparecen en la escuela como una consecuencia de su presencia en la sociedad, es decir, las necesidades matemáticas que surgen en el ámbito escolar son, o deberían ser, dependientes de las necesidades matemáticas sociales. Es por ello, que su enseñanza debe sustentarse en una necesidad individual y social, ya que de acuerdo con Chevallard (et al 2010), cada ser humano debe saber un poco de Matemáticas para poder resolver, o cuando menos, reconocer los problemas con los que se encuentra mientras convive con los demás.
En ese sentido, los docentes de Matemáticas del CAS tienen como ideal fundamental para sus clases, la generación de espacios donde los estudiantes, además de desarrollar destrezas, procedimientos y métodos propios de las Matemáticas, tienen la posibilidad de fortalecer sus procesos de pensamiento en cuanto a su capacidad de análisis, de razonamiento, de expresión, entre otros, lo cual les permite estar a la vanguardia de los cambios sociales y culturales.
¿Y cómo se logra esto? Mediante el diseño de actividades que articuladas en el marco de la metodología de Enseñanza para la Comprensión (EpC), propendan por una participación activa de los estudiantes durante los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se diseñan diversas actividades que vinculan, en la medida de las posibilidades, los objetos matemáticos con situaciones del contexto real; se trabaja con material concreto; se plantean preguntas de metacognición a los estudiantes que permitan reconocer el nivel de comprensión que tienen sobre los temas de estudio; se utilizan y optimizan recursos tecnológicos. Finalmente, todo lo anterior es permeado por un vínculo afectivo y cercano con los estudiantes, con el propósito de crear entornos propicios para el desarrollo de los múltiples procesos que se direccionan en las aulas de clase.
En ese sentido, los docentes de Matemáticas del CAS tienen como ideal fundamental para sus clases, la generación de espacios donde los estudiantes, además de desarrollar destrezas, procedimientos y métodos propios de las Matemáticas, tienen la posibilidad de fortalecer sus procesos de pensamiento en cuanto a su capacidad de análisis, de razonamiento, de expresión, entre otros, lo cual les permite estar a la vanguardia de los cambios sociales y culturales.
¿Y cómo se logra esto? Mediante el diseño de actividades que articuladas en el marco de la metodología de Enseñanza para la Comprensión (EpC), propendan por una participación activa de los estudiantes durante los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se diseñan diversas actividades que vinculan, en la medida de las posibilidades, los objetos matemáticos con situaciones del contexto real; se trabaja con material concreto; se plantean preguntas de metacognición a los estudiantes que permitan reconocer el nivel de comprensión que tienen sobre los temas de estudio; se utilizan y optimizan recursos tecnológicos. Finalmente, todo lo anterior es permeado por un vínculo afectivo y cercano con los estudiantes, con el propósito de crear entornos propicios para el desarrollo de los múltiples procesos que se direccionan en las aulas de clase.