Formación humana de seres sentipensantes
En el Departamento de Formación Humana el compromiso con el aprendizaje significativo de los estudiantes es una realidad desde las prácticas de aula. Partiendo de la filosofía de concebir lo humano como una unidad indivisible, pero al mismo tiempo conscientes de sus dimensiones, el ejercicio de nuestra enseñanza se dirige específicamente a dos de ellas que resultan vitales y que merecen toda la consideración desde nuestros procesos educativos: la dimensión cognitiva y la dimensión espiritual.
Lo anterior indica que desde nuestro compromiso como área, tanto el conocimiento riguroso de las disciplinas como la formación en una ética del cuidado de sí y la responsabilidad para con otros, resulta fundamental en este proceso que otras áreas complementan. No es posible una educación de calidad que presente una brecha entre estas dos dimensiones, o que sencillamente haga más énfasis en una que en otra. En el Departamento creemos en la formación de seres sentipensantes, como bien lo expresara el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “El sentipensante es el lenguaje que dice la verdad, porque es el lenguaje capaz de pensar sintiendo, y sentir pensando”.
Desde esta perspectiva, el enfoque del Departamento responde a dos ámbitos o ejes de reflexión importantes en el desarrollo del aprendizaje: un eje en Educación Ética que aborda todo el problema del comportamiento humano, así como la mediación axiológica que posibilita e incita dichos comportamientos y prácticas; y un eje en Educación Religiosa, que sin tener ninguna afiliación a una confesión especifica o tradición en particular, busca ahondar esencialmente en la dimensión trascendental de lo humano, en aquella espiritualidad que le es inherente y que sin duda alguna le proporciona sentido.
En este sentido, se aborda sistemáticamente cada eje en un semestre. En el primero se desarrollan todos los contenidos propios del problema religioso y sus contextos afines; en el segundo semestre, los tópicos correspondientes a la Ética y todos sus presupuestos. Teniendo en cuenta el nivel de cada grupo, las problemáticas varían según las necesidades de cada curso y por supuesto, de cada sección. En la sección Primaria, el estudio de lo religioso y lo ético presentan como enfoque principal los aspectos relacionados con la fe y los valores, como una disposición de esperanza y compromiso que asume el estudiante, no sólo con sus propias convicciones de lo divino, sino también y fundamentalmente, como una práctica de amor y respeto frente a su entorno y frente a todos aquellos semejantes que desde la fe y la moral se convierten en prójimos. En la sección de Bachillerato, el problema religioso y el problema ético se abordan desde una perspectiva con capacidad crítica, que señala y denuncia los excesos del poder, y aquellas dinámicas de injusticia que en las actuales circunstancias históricas parecen se han naturalizado y normalizado. Más que el refuerzo específico de una tradición religiosa o ética, el objetivo de la enseñanza y el aprendizaje consiste en el desarrollo de una espiritualidad abierta, crítica, dialogante, ética y comprometida con su contexto.
Como es conocido, la naturaleza misma del área posibilita y exige que el conocimiento adquirido como saber, se traduzca indefectiblemente en un hacer, es decir, como comprensión, como responsabilidad con otros espacios donde los problemas y las necesidades son evidentes y necesitan de una intervención significativa y coherente. En este sentido, el área de formación humana intenta mudar toda esta enseñanza y teoría de aula, en prácticas comprometidas con los mismos estudiantes, así como con aquellas personas que se encuentran en un estado de vulnerabilidad y necesitan alguna intervención.
Para estos propósitos, el Departamento lidera dos grandes proyectos que resultan esenciales en la formación humana de nuestros estudiantes. Por un lado, desarrollamos el espacio de las CONVIVENCIAS, en donde los estudiantes tienen la oportunidad de una experiencia de introspección, reflexión y comunión con otros, fortaleciendo su ser interior y desarrollando aquellas potencialidades que le son propias, a través de actividades orientadas al ejercicio del liderazgo, la participación y la colaboración. Así mismo, el PROYECTO DE ACCIÓN SOCIAL- PAS- permite que los estudiantes no sean ajenos a esa realidad difícil que viven muchas personas alrededor, sino que por el contrario, puedan compartir con otros la experiencia de la solidaridad recíproca, más allá del asistencialismo y la caridad, siempre como una práctica humana donde se busca el fortalecimiento de la Dignidad de las personas.
Desde todo lo anterior, Formación Humana se presenta como un área fuertemente comprometida no sólo con el aprendizaje y los procesos académicos de los estudiantes, sino también con su formación espiritual y ética que devienen en un trabajo apasionado y responsable por el cuidado de nuestro contexto social más cercano.
Lo anterior indica que desde nuestro compromiso como área, tanto el conocimiento riguroso de las disciplinas como la formación en una ética del cuidado de sí y la responsabilidad para con otros, resulta fundamental en este proceso que otras áreas complementan. No es posible una educación de calidad que presente una brecha entre estas dos dimensiones, o que sencillamente haga más énfasis en una que en otra. En el Departamento creemos en la formación de seres sentipensantes, como bien lo expresara el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “El sentipensante es el lenguaje que dice la verdad, porque es el lenguaje capaz de pensar sintiendo, y sentir pensando”.
Desde esta perspectiva, el enfoque del Departamento responde a dos ámbitos o ejes de reflexión importantes en el desarrollo del aprendizaje: un eje en Educación Ética que aborda todo el problema del comportamiento humano, así como la mediación axiológica que posibilita e incita dichos comportamientos y prácticas; y un eje en Educación Religiosa, que sin tener ninguna afiliación a una confesión especifica o tradición en particular, busca ahondar esencialmente en la dimensión trascendental de lo humano, en aquella espiritualidad que le es inherente y que sin duda alguna le proporciona sentido.
En este sentido, se aborda sistemáticamente cada eje en un semestre. En el primero se desarrollan todos los contenidos propios del problema religioso y sus contextos afines; en el segundo semestre, los tópicos correspondientes a la Ética y todos sus presupuestos. Teniendo en cuenta el nivel de cada grupo, las problemáticas varían según las necesidades de cada curso y por supuesto, de cada sección. En la sección Primaria, el estudio de lo religioso y lo ético presentan como enfoque principal los aspectos relacionados con la fe y los valores, como una disposición de esperanza y compromiso que asume el estudiante, no sólo con sus propias convicciones de lo divino, sino también y fundamentalmente, como una práctica de amor y respeto frente a su entorno y frente a todos aquellos semejantes que desde la fe y la moral se convierten en prójimos. En la sección de Bachillerato, el problema religioso y el problema ético se abordan desde una perspectiva con capacidad crítica, que señala y denuncia los excesos del poder, y aquellas dinámicas de injusticia que en las actuales circunstancias históricas parecen se han naturalizado y normalizado. Más que el refuerzo específico de una tradición religiosa o ética, el objetivo de la enseñanza y el aprendizaje consiste en el desarrollo de una espiritualidad abierta, crítica, dialogante, ética y comprometida con su contexto.
Como es conocido, la naturaleza misma del área posibilita y exige que el conocimiento adquirido como saber, se traduzca indefectiblemente en un hacer, es decir, como comprensión, como responsabilidad con otros espacios donde los problemas y las necesidades son evidentes y necesitan de una intervención significativa y coherente. En este sentido, el área de formación humana intenta mudar toda esta enseñanza y teoría de aula, en prácticas comprometidas con los mismos estudiantes, así como con aquellas personas que se encuentran en un estado de vulnerabilidad y necesitan alguna intervención.
Para estos propósitos, el Departamento lidera dos grandes proyectos que resultan esenciales en la formación humana de nuestros estudiantes. Por un lado, desarrollamos el espacio de las CONVIVENCIAS, en donde los estudiantes tienen la oportunidad de una experiencia de introspección, reflexión y comunión con otros, fortaleciendo su ser interior y desarrollando aquellas potencialidades que le son propias, a través de actividades orientadas al ejercicio del liderazgo, la participación y la colaboración. Así mismo, el PROYECTO DE ACCIÓN SOCIAL- PAS- permite que los estudiantes no sean ajenos a esa realidad difícil que viven muchas personas alrededor, sino que por el contrario, puedan compartir con otros la experiencia de la solidaridad recíproca, más allá del asistencialismo y la caridad, siempre como una práctica humana donde se busca el fortalecimiento de la Dignidad de las personas.
Desde todo lo anterior, Formación Humana se presenta como un área fuertemente comprometida no sólo con el aprendizaje y los procesos académicos de los estudiantes, sino también con su formación espiritual y ética que devienen en un trabajo apasionado y responsable por el cuidado de nuestro contexto social más cercano.